martes, 1 de marzo de 2011

Recordando la historia: Acerca de “La anexión de los 6 municipios vecinos a Bogotá”

publicación de Marco E. Cortés

En diferentes entornos académicos, se discute sobre las perspectivas del crecimiento de las ciudades así como de las políticas y estrategias para contenerlo. ¿Es favorable para las estructuras existentes plantear alternativas de densificación y control de crecimiento demográfico, o, por el contrario, dirigir su desarrollo hacia la expansión del suelo urbano y la incorporación de pequeños poblados rururbanos próximos a sus límites?

A partir de una decisión política, en 1954 -mediante el Decreto número 3640-, se hace la anexión de 6 municipios a Bogotá -Fontibón, Bosa, Usme, Suba, Usaquén y Engativá-, triplicándose el área urbana de la ciudad –de 2700 a 8040 hectáreas-, década a partir de la cual comienza un proceso de densificación y poblamiento urbano nunca antes visto en Colombia. De 715.000 capitalinos en 1951, se pasó a 4.450.000 en 1985. Pero, ¿Cuál fue el objetivo de esta anexión? ¿Por qué se necesitaba un área tan amplia para el crecimiento futuro de la ciudad?

Según Fabio Zambrano, el hecho de la anexión le permitió a Bogotá consolidar su primacía urbana nacional. “En el caso de Bogotá, históricamente se venían proponiendo acciones políticas que consolidarían su papel como capital de Colombia, y también se tenía la necesidad de anexar territorios vecinos desde 1945, entre otras razones, porque desde hacía un buen tiempo en ellos se estaban llevando a cabo procesos de urbanización jalonados por Bogotá; la anexión formalizó este proceso natural de crecimiento”.
Fué así como las condiciones generadas por la incorporación de estos municipios, trajo consigo la consolidación de nuevos proyectos de vivienda e infraestructura para el fortalecimiento del recientemente creado Distrito Especial. La decisión, más allá de crear obligaciones para Bogotá, creó nuevas posibilidades para el sector inmobiliario y financiero. En un sentido amplio, luego de numerosos planes de zonificación, delimitación, construcción de malla vial y ampliación de redes, los municipios han podido responder, y en algunos casos destacarse, frente a otras zonas tradicionales y ya consolidadas de la ciudad.

Cincuenta años despues de este planteamiento, ¿Qué consecuencias ha traido dicha anexion en el desarrollo urbano, ambiental, social y económico para Bogotá?. Este libro, de la Editorial Punto Aparte, propone representar a partir de un estudio de caso, la transformación urbano-estructural de la ciudad de Bogotá, caracterizando las principales normas, políticas y propósitos de las administraciones distritales entre la década de los 40’s y 60’s.

Mateo Ramírez Molina
Marzo 01 de 2011

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